Una encuesta publicada recientemente por la compañía americana Nielsen realizada a una gran cantidad de propietarios de perros y gatos, muestra una tendencia cada vez mayor hacia alimentos para mascotas libres de transgénicos, ecológicos, y con complementos como vitaminas, enzimas digestivas o condroprotectores procedentes de fuentes naturales.

En definitiva una tendencia hacia alimentos más frescos y ecológicos biológicamente adecuados a nuestros animales, y una bajada notable en la venta de los piensos (y vamos a poner aquí unas enormes comillas) "Formulados Científicamente".  

¿Qué querrá decir esto de Formulado Científicamente? Personalmente este tipo de etiquetas siempre me sonó a muy poco natural y mucho más a marketing que a otra cosa. ¿Formulado? ¿Clínicamente probado?

Mi madre nunca formuló científicamente sus lentejas, incluso ninguna ensalada, pero a los tres hermanos nos hizo crecer de una manera sana con alimentos frescos, variados y sin procesar, y creo que esa es la clave también para nuestros perros y gatos.

Como vemos en la siguiente gráfica de la compañía Nielsen, los consumidores cada vez lo tienen más claro.  

 En Perronatura, como tienda especializada notamos mucho esta tendencia y cada vez tenemos más clientes que optan por la dieta natural BARF, o que hacen una dieta mixta (una toma de BARF y otra de pienso), pero eligiendo siempre piensos libres de transgénicos, sin aditivos, ni conservantes artificiales como pueden ser Natura Diet o Natural Greatness. 

Desafortunadamente debido a que los cultivos modificados genéticamente no se empiezan a comercializar hasta hace relativamente poco (mediados de los noventa), no hay muchos estudios científicos sobre los efectos que pueden producir a largo plazo en nuestra salud y en la de nuestros peludos.

No obstante en 2009 la revista Critical Reviews in Food Science and Nutrition, compara varios estudios y relaciona directamente los alimentos transgénicos a problemas hepáticos, renales e inmunológicos. Nutricionistas y muchos expertos de la salud cada vez relacionan más estos alimentos con el incremento en las alergias, dermatitis, problemas gastrointestinales e intolerancias.

Estudios independientes realizados con animales alimentados con productos transgénicos, muestran por lo general inflamación intestinal y crecimiento anormal celular en el tracto digestivo, hígado, riñones, páncreas y cerebro. 

Partiendo de que la ingeniería genética de los cultivos se realiza para que la cosecha sea resistente y aguante herbicidas y pesticidas específicos como el glifosfato, no cabe la menor duda de que la toxicidad de estos alimentos es mayor, y los consumidores cada vez tenemos más desconfianza tanto para nuestra alimentación como para la de nuestros perros y gatos, y estamos dispuestos a pagar un poco más para evitarlos. 

Nuestros pequeños carnívoros no necesitan cereales ni carbohidratos, por lo que bajar la cantidad de estos en la mayor medida posible será muy beneficioso para su salud. En cualquier caso si comen dieta mixta o pienso, elige siempre GMO Free y evita cereales como el maíz, el trigo o la soja, que aparte de la modificación genética, por el almacenaje están plagados de ácaros, otro de los principales causantes de las alergias alimenticias. 

Fuentes:  

Critical Reviews in Food Science and Nutrition

Dr. Karen Becker

Nielsen: "The humanization of pet food"

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